Por Joaquín.
Me llamo Joaquín y soy un politoxicómano lúdico. Juego a todo, rol, euros, temáticos, minis… sólo había un “palo” que me faltaba por tocar y digo faltaba porque ahora ya no es un “palo” es “mi palo”.
Todo empezó cuando una persona que es “mi mala influencia” se encabezonó en que en círculo tenía que haber una sección dedicada a las wargames, de los que llevan fichas de cartón. Yo, que no le digo que no a nada, dije pues vamos “pa llá”. Así que terminamos montando un grupo de juego “Uruk Hai Wargamers”; obviamente, sí tenía que haber un grupo de wargamers dentro de Círculo de Isengard el nombre no podía ser otro que el de los temibles guerreros de Saruman.
Así que montamos un grupo de WhatsApp lo movimos en un par de grupos y, sin comerlo ni beberlo, de repente y como si fueran hongos que crecen por generación espontánea, empieza a entrar gente en el grupo, uno, otro, y otro más, un no parar vamos. A mi personalmente me gusta la literatura fantástica, pero vamos alguna explicación tenía, esa magia no era posible. Lógicamente la hay, pero no viene al caso, prefiero quedarme con la historia de la magia.
El caso es que una cosa lleva a la otra y alguno de nosotros terminamos metidos en un “megagrupo” Vassal Forever, gestionado por Jordi, Espinete Wargamero, al que llegamos de la mano de Carlos Díaz peso pesado en NAC Wargames y autor de varios wargames. Eso ya nos hizo flipar la verdad, que gente que habíamos leído sus nombres en cajas y páginas web fuera tan sumamente cercana, pero es que esperad, no acaba ahí, en ese grupo está toda la flor y nata de los divulgadores del “nicho” dentro del “nicho”.
Imaginaos como nos sentimos al principio, pequeños, muy pequeños, siglas por aquí, siglas por allá, sistemas de los que no habíamos oído hablar en la vida… puff, esto no es pa nosotros. Pero qué va, nada más lejos de la realidad, ese mito de que los wargameros son tíos viejos gruñones que no ayudan a nadie es completamente mentira, al menos en parte, lo de que son tíos viejos más o menos es verdad.
Y ahí estaba yo, disfrutando y flipando a partes iguales cuando después de varias semanas se nos presenta la oportunidad. Sergio, de Mesa de Guerra dice que va a hacer una partida tutorial a Holland 44, juego de Mark Simonitch que más pronto que tarde publicará NAC Wargames, ¿estamos dentro no? Me preguntan (puñetero Pepito Grillo), mi respuesta imagino que la supondréis. Así que ahí estamos desde hace un par de meses quedando todos los lunes, un rato por la noche un grupo de valientes representando a aliados y nazis. Un grupo de personas a las que no había visto nunca pero que poco a poco se ha ido convirtiendo en un grupo de amigos. Y claro, a los amigos hay que conocerlos y… “Las Bellota” lo ponían a huevo.
Nadie puede ir, ¿qué hago? ¿reservo? ¿no reservo? Mi dedo hace lo inevitable, clic, ¡tengo mi entrada! 65 eurazos que al principio duelen, pero que ahora que estoy de vuelta sé que han sido de los 65 euros mejor invertidos de mi vida.
La noche de antes estoy nervioso, preparo la maleta e intento dormir. No me he apuntado a nada, sé que hay un Excel con partidas pero es que yo soy un tío tímido, diseño mi estrategia, yo voy, cotilleo y ya me siento donde pueda cuando pueda.
Llego a la estación de Chamartín al día siguiente con la emoción del que hace algo que le apetece mucho por primera vez, me veo a mi mismo como Paco Martinez Soria en la famosa peli cuando llega a la gran ciudad, como un paleto de los wargames que va a encontrarse con toda esa gente a la que llaman Grognards. Miro los letreros electrónicos y espero mi tren. Sigo esperando, y esperando, y esperando… ¡joe! ¡Qué raro! No ponen mi tren, veo gente con la misma pinta que yo y con la misma cara de extrañeza… El viaje no podría empezar peor, mis sospechas se confirman cuando nos comunican que ha habido un error, que se les ha pasado poner el letrero y el tren se ha ido sin nosotros ¡Cómo! Lo solucionan, nos ponen un autobús. Para 8. En el autobús conozco a un chaval de León que va también a las Bellota, es un “enfermo” del Cruzada y Revolución (juego que tengo que probar). El viaje empieza a mejorar y el trayecto en autobús se convierte en un momento de charla delicioso. Llego al hotel, ceno algo rápido e intento descansar. Mañana es un día grande.
¿Dormir? ¿Quién dijo dormir? Ya de por si soy un “ave nocturna” pero es que con los nervios y la ilusión dormir lo que se dice dormir poco. Así que me levanto, me ducho que yo soy un tío mu relimpio y bajo a desayunar. No puedo evitar mirar el reloj cada escasos segundos como si tuviera poderes mentales y mirándolo adelantara el tiempo. Ya está, no aguanto más voy al IFEBA.
Cuando llego ya hay gente esperando para entrar, creo que no soy el único que tiene unas ganas enormes. Entro en el espacio y es enooooooooooooorme, y todo tan bonito con su moqueta azul… echo de menos a mis compis de juego, con ellos esto habría sido aún más impresionante.
Doy vueltas por las mesas, miro aquí y allá, soy un tío tímido así que me cuesta entrar en harina. Hay mucha, gente, muchos juegos y muchas mesas. Ahora empiezo a entender los comentarios que me habían hecho sobre “Las Bellota”, esto es el paraíso de cualquier wargamer que se precie.
Me paso casi la mañana entera dando vueltas, escuchando aquí, allá, cotilleando, pero sin atreverme a sentarme en alguna mesa. Hasta que llego a la mesa de Draco Ideas y ahí… ahí es donde empiezan mis Bellota, desde ese momento las partidas se suceden una tras otra, conozco gente, como con ellos, arreglamos el mundo, vuelvo a jugar, vuelvo a conocer más gente, me alimento para seguir jugando aunque pierdo la noción del tiempo, arreglo el mundo, aprendo historia, aprendo juegos, conozco a mis amigos de Vassal Forever y del grupo de Holland44, no me quiero ir al hotel pero no me queda otra y así hasta que llega el domingo y hay que volver a casa.
Me río de imaginar la cara con la que me veía la gente que volvía en el tren conmigo y no sabía lo que había hecho el fin de semana. La sonrisa estoy seguro de que se notaba incluso con la mascarilla puesta. Cansado, pero contento, muy contento de hecho. El año que viene hay que repetir, pero para esa vez estoy seguro de que convenceré a alguien para que me acompañe y si no lo hago, allí estaré de todas formas.
Quiero agradecer a Sergio y Asier que organicen este pedazo de evento que sin duda es el referente en Wargames en España y me atrevería a decir que en Europa, a las editoriales que cada vez más se animan a sacar juegos en nuestro idioma y que estaban presentes haciendo demostraciones y enseñando protos, a la gente del grupo de Holland44, en especial a Rafa que me convenció para venir y a ese amigo que me arrastró con él a este maravilloso mundo, mundo que sin duda os animo a probar. Os dejo unas fotillos (muchas) de lo que me encontré por allí.